lunes, 6 de marzo de 2017

En tierra hostil


Lejos de lo que pueda parecerle a mi paciente madre, siempre que viajo suelo guardar bastante prudencia en torno a las rutas que hago y en los sitios donde me meto. Sin embargo, en mis correrías también ha habido momentos como poco incómodos, pasando por zonas que pocas guías de viaje recomendarían. Una de ellas fue la Sicilia profunda, concretamente en el pueblo de Corleone, cuna de la mafia, cuando hacía un viaje en coche con Fridrik, en verano de 2004. En ningún momento allí temimos por nuestra integridad física, pero si que teníamos cierto mosqueo encima, no tanto mi amigo islandés como yo. Eso sí, mi lado cinéfilo lo disfrutó bastante.








No pude olvidarme de esa ocasión cuando relataba mi paso por Italia:



 
Señoras y señores, ¡ya hemos pasado el 50%! Por el 53,5% vamos ya, y no llevamos ni dos semanas. ¡Esto ya no hay quien lo pare!



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